De entre muchas otras cosas, este mes de septiembre tiene mucho de torcido como festejar una pseudo independencia mexicana. Da risa pensar en ello, que torcida la gente que sale caminando pensando que la guerra se debe festejar o celebrar, cuando es todo lo contrario. Se conmemora un aniversario luctuoso, para ambas partes de esa guerra. ¿De independencia? no claro que no, de ideales políticos entre los que controlan el dinero y los que no. ¿De qué hablo carajo? ¡Ay, mi país!
Hablaré. ¿Me escucharán? Escribiré. ¿Me leerán?
Comienzo a pensar que esto de trabajar por placer no me dejará dinero, pero si mucho de lo otro. Pienso en como no volverme loco. Esa frontera entre la sobriedad y la conciencia alterada. Cómo me gusta fantasear situaciones, y luego materializarlas. A veces no se concreta, pero por eso sueño más y ese esfuerzo sale acompañado de su resultado, la saturación del tiempo.
Al menos tendré dos horas para poder expresarlo, saber que traspasar mi limite es adrenalina pura.
¿A ti te gustan las fronteras? A mi no, trato de vivir sin ellas. Sólo tenerlas en cuenta. Por que existen si las nombramos.
*Este texto constituye la editorial sobre la emisión inaugural de Las Horas Retorcidas y se publicó en una primera versión del blog oficial de nuestro programa durante el mes de septiembre de 2014. Se reproduce aquí, aunque un tanto desfasado en tiempo, con la intención de no dejar perder los contenidos que vayamos generando porque, la historia es una telaraña en la que cada tejido da soporte al todo.
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